lunes, 4 de febrero de 2008

ESTUDIO E INTERPRETACIÓN DE “ NIEBLA” de Miguel de Unamuno
Por Anastasio Serrano
Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864-Salamanca,1936)
“Niebla” está prácticamente escrita en agosto de 1907, salvo pequeñas adiciones posteriores y no se publicará hasta 1914 por la editorial Renacimiento, que también publicó la 2ª edición en 1928, cuando Unamuno estaba en el destierro en Hendaya.Unamuno empezó a escribir el prólogo para esta 2ª edición, pero no lo terminó y aprovechó las cuartillas para el prólogo de la 3ª edición (“Historia de Niebla”), que publicó Espasa-Calpe en 1935. Sin embargo Unamuno no habla en sus cartas durante este periodo de 1907 a 1914 de su novela “Niebla”, quizá se debiera a la escasa acogida que tuvo “Amor y pedagogía”(1902), obra con la que tiene notables semejanzas. A pesar de todo, le sonrió el éxito y hoy es considerada la mejor de sus novelas.

Argumento: Augusto Pérez, un acomodado solterón que vive de la rentas, se halla envuelto en una especie de nebulosa que le impide su contacto con el mundo exterior. Después de la muerte de su madre su vida se libera de la abulia cuando conoce a Eugenia, chica huérfana que vive con sus tíos y da lecciones de piano para pagar una hipoteca que han dejado sus padres. Eugenia rechaza los galanteos de Augusto, porque ama a Mauricio. Pero cuando Eugenia se da cuenta que pierde una oportunidad, precipita su decisión y acepta a Augusto, y también la donación para el pago de la hipoteca; pero no puede evitar volver con Mauricio y en los días que preceden a la boda le envía una carta diciéndole que se ha marchado con Mauricio. Toda esta situación de sentirse burlado saca de sus casillas al infeliz Augusto y decide suicidarse, no sin antes consultar a un tal don Miguel de Unamuno, cuyo ensayo sobre el suicidio ha leído. En la entrevista que mantiene con Unamuno descubre horrorizado que no es más que un ente de ficción (un personaje de novela), sujeto a los caprichos de su creador(el autor), que lo quiere hacer desaparecer y Augusto se revela contra él en estos términos:”¡Se morirá usted y se morirán todos los que lean mi historia, todos, todos, sin quedar uno! ¡Entes de ficción como yo; lo mismo que yo”.1Ni siquiera se le permitirá que se suicide, cosa que ya no desea hacer. Impotente y abatido, Augusto se desquita dándose un atracón. Al día siguiente amanece muerto junto a Orfeo, su perro fiel . Piensa Unamuno resucitarlo, pero Augusto se le aparece en sueños y le pide que no lo haga.

Estructura: “Niebla” se compone de 33 capítulos, un prólogo de Víctor Goti, personaje que está escribiendo una novela, que es la obra que el narrador- ente ficticio y portavoz del autor- está presentando y un Post-prólogo de Unamuno y al final de la novela un doble epílogo: el capítulo XXXIII y la “Oración fúnebre a modo de epílogo” con lo cual la novela queda enmarcada entre un doble prólogo y un doble epilogo.El texto de “Niebla” tiene un 20 por ciento de monólogo interior, un 60 por ciento de diálogo y una parte narrativa en 3ª persona del 20 por ciento. Los monólogos corresponden al protagonista, Augusto Pérez, así como los monodiálogos con su perro Orfeo y el diálogo con el resto de los personajes.
Mario J. Valdés propone cinco círculos concéntricos para explicar la estructura de “Niebla”2:
El primer círculo estaría formado por la realidad textual de quien escribe (prólogo y Post-prólogo). El segundo círculo formado por la realidad textual del protagonista (capit I-VII) y en los primeros capítulos se nos muestra el rápido cambio que va sufrir Augusto. Todavía está ensimismado y apenas se comunica con el exterior, pero los ojos de Eugenia le señalan el camino para salir de la niebla. El narrador presenta a Augusto con desprecio mordaz, mientras Augusto divaga con sus monólogos.En el quinto capítulo, que sirve de transición, se encuentra a Orfeo, perro expósito, que será testigo mudo y confidente del proceso que se va a poner en marcha: los amoríos frustrados con Eugenia; ahora sus monólogos interiores se convertirán en monodiálogos con el perro.
Los capítulos VI y VII representan una situación nueva para Augusto, ya puede entablar diálogo sin trabas con los otros personajes, mantiene su monólogo interior y empieza a formular ideas complejas en sus monodiálogos con el Orfeo.
El tercer círculo (capit. VIII-XXX) plantea la realidad textual de los personajes como entes de ficción. Es el círculo central y el más extenso y va desde la visita de Augusto a casa de Eugenia, donde se hace la presentación formal de los futuros novios, hasta la traición y burla de Eugenia, días antes de la boda. En este tercer círculo se da una realidad textual basada en dos textos clásicos: “La Celestina” Y “El Quijote”.
Veamos, tanto Calixto como Augusto entran el la casa de la amada debido a un pájaro. Calixto entra en la huerta de Melibea siguiendo a un halcón. Augusto, en la parodia, se cae la jaula del canario de doña Ermelinda, tía de Eugenia, su futura novia. Calixto contrata los servicios de Celestina para la tercería amorosa. Augusto, en parodia, trata de ganarse a la portera Margarita para conquistar a Eugenia. Melibea es una joven inocente. Eugenia es una mujer con experiencia, activa, decidida y con novio. Pero la parodia principal está en el carácter de los dos seductores, Calixto es un joven apuesto y de mundo, prendado de Melibea. Augusto es un esteta abúlico y sin experiencia alguna, que había estado pegado a las faldas de su madre y ahora al sentirse atraído por las mujeres, demuestra su bisoñez.
Y en cuanto a la parodia relativa a Don Quijote, que embebido de las aventuras de los libros de caballería sale al camino a vivir realmente esas aventuras textuales. Augusto, por su parte, sale cada día de su casa en busca de sí mismo. Veamos algunas concomitancias paródicas entre Don Quijote y Augusto: Don Quijote acude a la llamada de la princesa Micomicona dispuesto al salvarla. Augusto paga la hipoteca de la casa de Eugenia para saber si está enamorado de verdad (gesto quijotesco).
Pero lo más cervantino de “Niebla” es el encuentro de Augusto Pérez con don Avito Carrascal, personaje de “Amor y pedagogía”(1902), novela de Unamuno en la iglesia de San Martín (capit. XII,pag 73). La conversación entre ambos personajes alude al contenido de las dos novelas y esto entronca con los comentarios de Don Quijote y Sancho en la 2ª parte de “El Quijpte” sobre su actuación en la primera.
Cervantes intercala las novelas breves de “Grisóstomo, “El Cautivo y el Curioso impertinente” en la narración misma de “El Quijote”. Unamuno en “Niebla intercala la historia de Víctor Goti, Elena y su hijo; la de Eloíno Rodríguez Albuquerque, cuyo tema es el matrimonio por interés; la historia de don Antonio, cuyo tema es el arreglo sentimental de una pareja de abandonados y la de Antolín S. Paparrigopulos. Hay cita explícita sobre la historia de Eloíno, le dice Víctor a Augusto: “Pensé primero hacer de ellos un sainete; pero considerándolo mejor he decidido meterlo de cualquier manera, como Cervantes metió en su “Quijote” aquellas novelas que en él figuran; en una novela que estoy escribiendo para desquitarme de los quebraderos de cabeza que me da el embarazo de mi mujer”.(pag.91).
También hay una intervención directa del autor, separada tipográficamente por puntos y en letra cursiva, en “Niebla”, como en “El Quijote” interviene Cervantes:”Mientras Augusto y Víctor sostenían esta conversación nivolesca, yo, el autor de esta “nivola”, que tienes lector, en la mano, y estas leyendo(…) Y yo soy el Dios de estos dos pobres diablos “nivolescos” (pags.130-131).
El cuarto círculo (capit XXXI-XXXIII) describe la realidad textual del protagonista ante el que escribe. Y así en el famoso capt. XXXI hay un cambio de voz narrativa; en vez de la 3ª persona se pasa a la 1ª persona. La voz del narrador se identifica con el Unamuno real y nos dice que Augusto Pérez después de leer un ensayo de Unamuno sobre el suicidio, decide viajar a Salamanca para conversar con el autor antes de suicidarse.
Augusto Pérez es un personaje, ente de ficción, que actúa con el autor, con Unamuno en Salamanca en su despacho-librería de la casa rectoral. Pero Unamuno, a pesar de ser el autor del relato y de otros textos conocidos, actúa como un personaje más dentro de la narración, violando los límites de la verosimilitud.
El quinto círculo es el epílogo: “Oración fúnebre por modo de epílogo. Aquí la voz narrativa se dirige al lector otra vez en 3ª persona en nombre del autor y dice:”Suele ser costumbre al final de las novelas, y luego que se muere o casa el protagonista dar noticia de su suerte que corrieron los demás personajes(…).No lo vamos a seguir aquí(…). Sólo haremos una excepción y es a favor del que más honda y sinceramente sintió la muerte de Augusto, que fue su perro Orfeo”(pag.163). El nombre del perro, en principio capricho de Augusto, cobra aquí significado, recordando el mito griego de Orfeo y Eurídice, ya que Orfeo, perro, emprende la búsqueda del alma perdida de su amo. En esta última parte de "Niebla” se pone de manifiesto que Augusto ha caminado a través del texto en busca de su ser, primero descubriendo su persona al tener que compartir la vida con Eugenia y más tarde, debido al desengaño que sufre, descubre su yo. Y por último se pone de manifiesto que todo esto es posible gracias a la colaboración entre el lector y el texto.

Para exponer ante el lector la intimidad de Augusto Unamuno se vale del diálogo y del monólogo. La mera narración resulta escasísima. El narrador prescinde de las descripciones y de los resúmenes de la acción y nos enteramos de lo que sucede en la obra a través del diálogo entre los personajes. De esta forma el papel del lector crece, de ser un mero espectador de lo que sucede pasa a participante activo en la conformación del sentido de lo dicho. Además del diálogo,”Niebla”, presenta una novedad: el monólogo interior (pensamientos que fluyen directamente de los personajes). Unamuno, pues, precede a Joyce (Leopold Bloom) en el uso del monólogo interior.
Y a partir del capítulo V , que encuentra al perro, el diálogo y el monólogo se combinan con el monodiálogo, cuyo destinatario es el receptivo y mudo Orfeo. Incluso en el epílogo es el propio Orfeo quien monologa y explica que Augusto hablaba y hablaba como todos los seres humanos, porque ser hombre es eso: hablar, crear teorías que nos justifiquen, que nos hagan existir, para al final volver al silencio: la muerte.
Nada más iniciar la lectura de “Niebla”, nos sorprende que el prólogo está escrito por uno de los personajes, Víctor Goti, que por un momento se incorpora al mundo de los seres vivos para opinar sobre la estética de Unamuno. Por otra parte es el prologuista de una obra ajena, pero que resulta ser la nivola que él está escribiendo, segúin leeremos en el capítulo XVII, que en conversación con Augusto desarrolla su teoría sobre este género inventado por él y será una novela vivípara:”lo que vaya saliendo” (pag.91). Así pues, hay una identificación entre Victor Goti y Unamuno, que será discontinúa, en tanto que es personaje.
El autor del prólogo se rebela contra Unamuno diciendo que Augusto se suicidó voluntariamente. Unamuno en el Post-prólogo desmiente a su personaje, desde la superioridad del autor y le amenaza con dejarlo morir o matarlo, como hizo con el desdichado Augusto.”porque si me fastidia mucho acabaré por hacer con él lo que con su amigo Pérez hice”(pag. 17).
En el capítulo XXV se produce la intromisión del autor Unamuno, que apela al lector: “Yo, el autor de esta nivola , que tienes lector en la mano y estás leyendo”(pag.130), pretende hacer cómplice al lector de la violación del marco narrativo.
Pero sin duda el artificio narrativo más original lo encontramos en el capítulo XXXI, cuando el narrador-personaje se confunde con Unamuno rector y el protagonista traspasa el marco de la ficción para visitar a su autor. Aquí se borran los límites que separan la realidad y la ficción. Como resultado de la entrevista con el rector de Salamanca , Augusto se desespera al saber que es un ente de ficción, que no tiene más alma que la que le da el lector,. Y en el clímax de la obra el rebelde protagonista se enfrenta al autor-personaje-narrador con un severo mensaje. Amenaza a todos:”Se morirá usted y todos los que lean mi historia, todos, todos sin quedar uno” (pag.154).

Los personajes: Don Augusto desde las primeras líneas se nos presenta como un individuo extraño que el narrador mira con una sonrisa burlona, sus palabras y actitudes resultan artificiosas, chocantes y a menudo ridículas. Su personalidad es una mezcla de rasgos trágicos y grotescos. Su vida está vacía, se aburre. Está inmerso en la niebla, hasta que unos ojos femeninos han empezado a disiparla: los ojos de Eugenia, mujer decidida, con el carácter y voluntad que a él le faltan. Empiezan sus cavilaciones y desasosiegos, pero se siente más vivo que antes; incluso tiene pequeños escarceos amorosos con Rosario, su planchadora, a la que utiliza como conejillo de Indias.
Para convencerse de que lo suyo no es solo un enamoramiento cerebral, paga la hipoteca de Eugenia y al ser rechazado por la joven, Augusto se siente desfallecer. Empieza a cuestionarse su propia existencia. Y cuando Eugenia consiente el matrimonio, el pobre Augusto navega en un mar de dudas y cuando se produce la burla de su novia, toma la decisión del suicidio.
Don Augusto, pues, es un fruto de la fantasía para reflejar el nihilismo de la existencia humana.
Eugenia es el personaje, que sin pretenderlo desencadena todo el proceso. Se destacan la resplandeciente mirada de sus ojos y sus manos blancas, finas y frías como la nieve. Así, será ardiente y apasionada y posesiva con su novio Mauricio y orgullosa,fría, calculadora y cruel con Augusto. Existe una total disociación entre la Eugenia de carne y hueso y la que el protagonista forja en su mente.
Frente a ella, Rosario, la planchadora, es una criatura primitiva, cuya malicia no deja de sorprender a Augusto.
Más interesante es la figura de Víctor Goti, prologuista, alter ego de Unamuno, autor de nivolas y personaje ficticio, que es un agonista más consciente que Augusto, su amigo, capaz de formular con precisión la tragedia de la vida. Es consciente de que la realidad y la ficción se confunden y le gusta pensar que el lector de la nivola pueda dudar de su propia existencia y creerse un ente ficticio.
La sombra de doña Soledad, madre de Augusto, vaga por el relato. Al morir ella, Augusto ha quedado desorientado, sin protección. Su consejo de que se case influye en la atención que el presta a la mujer. Además necesita buscar otra madre.
Mauricio, el novio de Eugenia, responde al típico cliché del chulo. No quiere perder su libertad, prefiere que Eugenia se case con el panoli de Augusto y seguir disfrutando de ella.
Otros personajes son la pareja de Domingo y Liduvina, criados de Augusto, fieles y cariñosos con su señorito. Don Fermín y doña Ermelinda, los tíos de Eugenia son el tipo de matrimonio antitético. Ella es una persona interesada y su marido un anarquista teórico, que habla esperanto y aprovecha las visitas de Augusto para soltar sus ideas. Y de los otros personajes el más se humaniza es Orfeo, sobre todo en la “Oración fúnebre a modo de epilogo”, donde nos da la clave de ese gran absurdo que es la existencia del hombre. Orfeo intuye que la muerte consiste en volver a la niebla de la que se brotó.
En cuanto a los nombres de los personajes son casi siempre irónicos, contrarios a la personalidad del personaje. Así Augusto no es solemne ni majestuoso ni dominante, sino un pobre rico en la niebla. Eugenia no es bien nacida, sino huérfana y traidora. Víctor no es un vencedor, sino un muñeco de Unamuno. Mauricio no es “moro”, sino rubio y nada celoso respecto a Eugenia.

Significación: El título de la novela “Niebla” es muy significativo, ya que viene a reflejar la confusión., la duda, el malestar que siente Augusto a lo largo de la obra.La “niebla” es la tristeza, la soledad, la burla y la humillación que Augusto soporta en esta nivola de Unamuno. La niebla también es la duda de la existencia que se plantea Augusto tras la burla de Eugenia y tras la entrevista con Unamuno.
Augusto Pérez, “pirandelliano” soñador es una figura envuelta en la niebla de la inconsciencia, en el sueño de la vida. El amor y la desilusión lo irán despertando a la vida, llevándole al encuentro con el autor, donde Unamuno incorporándose en el texto como un personaje más, transgrede las leyes de la verosimilitud (ficción-realidad, literatura-vida).
El personaje está dotado de conciencia agónica de querer ser, de voluntad de vivir y sueño de inmortalidad y así suplica:”Quiero vivir…, ser yo,yo,yo” (pag.153).
La novela tiene carácter experimental, así ha sido subrayado por Víctor Goti (prologuista, personaje de ficción, alter ego del narrador como autor de nivolas:”Voy a escribir una novela, pero voy a escribirla como se vive, sin saber lo que vendrá(…) sin plan alguno(…), -Pues acabará no siendo una novela. –No, será… será …¡nivola!(…) Invento el género, e inventar un género no es más que darle un nuevo nombre, y le doy las leyes que me place” (pag 91-92). Y don Miguel con el neologismo acuñado indicaba el deseo de acomodar el género a su propia visión del mundo y a su consciente aspiración a liberar a la narrativa de los moldes tradicionales.
Unamuno siguiendo el modelo cervantino se apoya en la duplicación interior, la nivola que está escribiendo Víctor Goti para transmitirnos su arte de novelar, así dice Augusto:”Y esta mi vida, ¿es novela, es nivola o qué es? Todo esto que me pasa y que les pasa a los que me rodean,¿es realidad o ficción”(pag.93).
Y en el clímax de la famosa entrevista con el autor,Augusto, rebelándose a su condición de ente de ficción, introduce una nueva identidad:ficcción literaria=existencia: “¿Con que he de morir ente de ficción? Pues bien, mi señor creador don Miguel, también usted morirá(…) ¡Dios dejará de soñarle! Y se morirá usted yse morirán todos los que lean mi historia, todos, todos, todos(…) ¡Entes de ficción como yo; lo mismo que yo! (pag 154).
El personaje ha descubierto su propia realidad y, además,logra revelarnos la de su autor, que es un sueño de Dios que desaparecerá cuando éste, deje de soñarle. El creador y las criaturas habitan en un mismo plano de realidad a la que se incorpora el lector.
El sueño nocturno del autor en el último capítulo confirma la solidaridad que se ha establecido entre el personaje y su autor, así como también establece la autonomía del ente de ficción en la obra. El escritor ha sido tan poseído por el personaje creado, que sigue actuando en sueños en la conciencia del creador.
“Niebla”, obra que reflexiona sobre sí misma, sobre la realidad textual de la obra de arte como proceso creativo que excede los límites de la ficción, solicita la participación del lector y le concede mayor espacio en el proceso de recreación en función de su propia experiencia.
“Niebla” se asienta sobre la visión de la obra artística como anhelo de gloria y deseo vital de inmortalidad. De esta forma permite al autor eternizarse en la obra y a los personajes crearse y recrearse continuamente en el diálogo que el lector entabla con la obra. Así pues, la nivola , obra abierta, en la lectura y relectura del receptor se convierte en creación continua y eterna.

Novelas de Unamuno:
Paz en la guerra (1897); Amor y pedagogía (1902); NIEBLA (1914); Abel Sánchez(1917); Tulio Montalbán (1920) /novela corta/; Tres novelas ejemplares y un prólogo (1920); La tía Tula (1921); Cómo se hace una novela (1927); San Manuel Bueno, mártir y Don Sandalio, jugador de ajedrez (1933).

Bibliografía:
-Unamuno Miguel,de. “Niebla” (Nivola).Colección Austral nº 99. Duodécima edición. Espasa-Calpe. Madrid, 1868. Ejemplar de lectura y citas textuales.
.”Niebla”. (Edición de Mario J.Valdés). Editorial Cátedra. Madrid, 1994
.”Niebla”.(Edición de Armando F. Zubizarreta). Clásicos Castalia. Madrid,1995
.”Niebla” (Edición de Germán Gullón).Espasa-Calpe. Madrid, 1990
.”Niebla” (Estudio de Miguel Ángel García López).Punto de lectura. B-2002
.”Niebla” (Introducción de Ana Suárez Miramón). Alianza Edit. Madrid 1997




Madrid , 29 de enero de 2008
1 Unamuno, Miguel de .”Niebla”. (Duodécima edición). Colección Austral. Espasa-Calpe.Madrid,1968. Todas las citas textuales serán de esta edición (pag.154)
2 Unamuno, Miguel de.”Niebla”.(Edición de Mario J. Valdés). Cátedra.Madrid, 1994 (Pags.22-46)