sábado, 22 de marzo de 2014

LA REVISTA CÁNTICO DE CÓRDOBA (1947-49 / 1954-57)


                                              El Grupo Cántico de Córdoba



                                                                      



Uno de los movimientos literarios de los años 40 que navegó a contracorriente de la poesía existencial y testimonial fue el grupo de artistas y poetas reunidos en torno a la revista Cántico de Córdoba.

El Grupo Cántico (García de la Concha, 1987: 772-794) tiene su origen en la tertulia del profesor del Conservatorio don Carlos López de Rosas hacia 1941. Este grupo de creadores lo forman : Juan Bernier (1911-1989), Ricardo Molina (1917-1968), Mario López (1918-2003), Julio Aumente (1921-2006), Pablo García Baena (1924- ) y los pintores Ginés de Liébana y Miguel del Moral.

Una vez constituido el grupo realizan un trabajo colectivo que consiste en un cuaderno-homenaje manuscrito a don Carlos López de Rojas. Dicho cuaderno contenía: “Sinfonía italiana, “Concierto de Aranjuez”, “Cuarteto de las Arpas” y “Cuarteto de la convalecencia” de Ricardo Molina; “Pastoral y el soneto, “Estaba yo detrás de un verde” de Pablo García Baena y “Las Valquirias” de Julio Aumente.1

La elección de la palabra Cántico como nombre de la revista, epónima del grupo, se debe a una representación teatral del Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz, realizada por Pablo García Baena, con motivo de la celebración del Centenario de San Juan de la Cruz, el 23 de noviembre de 1942.

El grupo se va reuniendo en varios lugares por eso Juan Bernier lo bautiza como “Peña Nómada”. Enseguida aparecieron los frutos y los primeros fueron de Ricardo Molina, que publicó, El río de los ángeles, en la revista Fantasía, agosto de 1945 y Pablo García Baena dio a la estampa, Rumor oculto, también en Fantasía en enero de 1946, ambos libros con dibujos de Ginés de Liébana.

Y ya en 1947 decide todo el grupo presentarse al premio “Adonais”, Juan Bernier con Aquí en la tierra; Ricardo Molina con Estrella de ajenjo; pablo García Baena con Junio; Julio Aumente con Nisán y Mario López con Tierra confundida. Obtiene el premio José Hierro, con su libro Alegría. Ante el escaso reconocimiento de su obra deciden lanzar una revista propia; aunque parece ser que Ricardo Molina llevaba tiempo con la intención de sacar una revista de poesía.

Una hoja volandera anunciaba en septiembre de 1947:

La aparición en Córdoba de la revista Cántico el próximo octubre responde a la aspiración de representar poéticamente el Sur, cuyo genio creador e innovador rigió tan brillantemente toda la lírica contemporánea. Cántico recogerá la producción de los nuevos poetas andaluces y las manifestaciones representativas de la actual poesía española. Igualmente reflejará a través de traducciones y críticas el panorama de la poesía extranjera en sus más indiscutibles valores y con preferencia aquellos no vertidos hasta ahora en nuestra lengua.2



La revista Cántico (1947-1949): I Época (8 números)

En octubre de 1947 aparece Cántico. Hojas de Poesía, dirigida por Ricardo Molina, Juan Bernier y Pablo García Baena, pues Mario López vivía ya en Bujalance y Julio Aumente en Madrid.

En la portada del primer número figuraba un ángel con una tela en la que está el nombre de la revista: CÁNTICO, y debajo los cuatro puntos cardinales, que sugerían el alcance universal que quería tener la revista, nacida en el sur de España y cuyo autor fue Miguel del Moral. Y en la contraportada (a partir del nº 2) aparece un verso lorquiano sobre un capitel corintio: “Celeste córdoba enjuta”, verso final del romance “San Rafael”, perteneciente al Romancero gitano de Federico García Lorca: “San Rafael (Córdoba)”, A Juan Izquierdo Croselles y termina así: “Un solo pez en el agua. / Dos Córdobas de hermosura./ Córdoba quebrada en chorros./ Celeste Córdoba enjuta3.

El título de la revista se asocia con el Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz (Centenario) o el Cántico de Jorge Guillén, ambos poetas admirados por el grupo cordobés; pero también quería referirse al canto o cántico de la belleza en todas sus manifestaciones.

Los primeros ilustradores de Cántico fueron Miguel del Moral y Ginés de Liébana. También enviaron sus dibujos Manuel Aumente, Adriano del Valle y Gregorio Prieto.

Ocho fueron los números de Cántico de esta primera época. La revista tenía trece páginas (menos los ejemplares 1 y 3). Se dedicaba el mayor número de páginas a las colaboraciones de poetas españoles y en las últimas páginas se publicaban traducciones de poetas extranjeros y notas críticas.

La intención de Ricardo Molina, al sacar Cántico, fue la de agrupar en la revista a los mejores poetas cordobeses del momento como puede leerse en el boletín de suscripción. Además de los cinco fundadores colaboraron en Cántico Octavio Díaz-Pinés, Juan Carandell, Leopoldo de Luis y Luis de Góngora y Argote. También colaboraron otros poetas andaluces como Rafael Laffón, Adriano del Valle, José Antonio Muñoz Rojas, Rafael Montesinos, Carlos Edmundo de Ory. Publicaron sus poemas Vicente Aleixandre, Gerardo Diego y Luis Cernuda con tres poemas de su libro Como quien espera el alba, en el nº 5, que eran los primeros que publicaba en una revista española después de la guerra.

Acogieron a poetas del resto de España y con tendencias estéticas dispares: garcilasisitas como Jesús Juan Garcés, existencialistas como José Mª Valverde y de tendencia religiosa como Luis Felipe Vivanco. Por lo tanto podemos decir que Cántico es una revista ecléctica, como la mayoría de las revistas poéticas de posguerra (F. Rubio, 1976:10).

Se abre el primer número de Cántico con el poema de Juan Bernier, “Canto del Sur”.

Publican sus poemas Ricardo Molina, Pablo García Baena y Mario López. Se añaden traducciones de W.H. Auden, de Lubics Milosz y de Paul Claudel.

Conviene resaltar de este primer número el énfasis que se pone en el ‘canto’, incluso en los títulos de los poemas: “Himno a Santa Cecilia”, “Canto del Sur, “Sinfonía de septiembre”.

Cerraba el número el apartado “Notas”, que firmaba Uriel, como el rótulo angélico de la portada (Ricardo Molina, el teórico del grupo), en el que denunciaba la decadencia de la imagen, y dice así:

Nuestra poesía contemporánea fue hasta hace poco una poesía de imágenes con Juan Ramón Jiménez, Gabriel Miró, Aleixandre, Guillén, Dámaso Alonso. La joven poesía española parece, al contrario, atacada de una pasmosa esterilidad. Este empobrecimiento repercute a su vez en el verbo, en el tema y sobre todo en el metro, acortándolo y restringiéndolo a frases hechas, clichés musicales, rítmicos, sabios, nimbados por una hermosa tradición, pero incapaces para enmascarar la nebulosidad, el vacío, el raquitismo poético interno.4

El número tres de Cántico, febrero de 1948, comienza con una carta de Vicente Aleixandre a los fundadores de Cántico, dándole el espaldarazo a la publicación, esto escribe V. Aleixandre:

Debajo de los pies tienen ustedes tierra árabe y más abajo tierra romana (…), y más abajo, en fin, la tierra sin nombre que sube hasta ustedes vieja (…), sazonada en su lenta ascensión por muy viejas culturas (…).

Un lenguaje largo, de inclinación lujosa, a veces con cierto tornasol variable o purpúreo, parece ondular por estas páginas donde los mejores de ustedes concurren con una Andalucía no geográfica, y también geográfica, sensorial (…). En algunos de ustedes, poetas cordobeses, una densa melancolía lucha con la sensualidad luminosa (…) Hay una consagración de los sentidos en la irrupción espiritual (…) Es un Sur que mira hacia Oriente. (O. C. p. 36)

La cuarta entrega va dedicada a la poesía de tema religioso. El número 5 de junio de 1948 destaca por la publicación de tres poemas de Luis Cernuda de su libro, Como quien espera el alba.Y así llegamos al número 8, que cierra esta primera etapa, diciembre de 1948-enero de 1949, en el que se publican poemas de estos poetas catalanes: Joan Vinyoli, Joan Triadú, Joseph Paláu y Joan Perucho; además de un poema de Adriano del Valle (“Loa al pintor Gregorio Prieto”) y otro poema de T. S. Elliot.

Guillermo Carnero, primer estudioso del Grupo Cántico, señala que las características de la poesía del Grupo son:

Presencia abrumadora de un intimismo de carácter culturalista, heredado del Modernismo y de los poetas del 27.

Refinamiento formal, búsqueda de la palabra rica y justa. Pontenciación del análisis introspectivo mediante la selección léxica. Barroquismo.

Tratamiento vitalista del tema amoroso, en clara continuidad con la actitud de la Generación del 27, contrastando marcadamente con el impersonalismo garcilasista o el agonismo existencial y reliogioso. Ausencia de formas de amor dentro del orden, como el conyugal.

Presencia de poesía de tipo religioso: Poesía sacra, poesía intimista religiosa, poesía de correlato religioso

Acaso la característica más relevante de Cántico sea la abrumadora presencia de un intimismo que, si bien procede de las emociones y experiencias de la vida cotidiana, se expresa al margen de todo realismo y de todo descriptivismo directo de sensaciones o sucesos. Por esa razón puede aplicársele el calificativo de culturalista. Esta manera de expresar el yo lírico será uno de los elementos diferenciales de la poesía castellana a partir de 19605.

Resumiendo encontramos en la poesía del Grupo Cántico un profundo vitalismo, hedonismo y religiosidad, tono elegíaco, relevancia del paisaje urbano y rural y también leves implicaciones sociales. Y en cuanto a los rasgos estilísticos: tendencia a lo hímnico (tono invocativo, abundantes exclamaciones), culturalismo, importancia de las imágenes, léxico suntuoso, esteticismo (heredado del Modernismo) y versolibrismo, aunque también cultivaron el soneto.

El cierre de la revista de esta primera época (enero de 1949), parece que tuvo mucho que ver con la censura, si nos atenemos a los escritos personales de Ricardo Molina.



CÁNTICO: Segunda Época (1954-1957) (13 números)

CÁNTICO, Editado por R. Molina, P. García Baena y J. Bernier, Córdoba, Abril, 1954, II Época.

En la primavera de 1954 reinicia su singladura la revista Cántico, sin el subtítulo “Hojas de Poesía”. Será de periodicidad bimensual y mejorará en su presentación, mejor calidad de papel y de las tintas y con tipografía más moderna, pues contará con el patrocinio del Ayuntamiento de Córdoba y de la Diputación (en el nº 6).

Se amplió la extensión de los números ordinarios que pasaban de las 20 páginas, frente a las 13 de la primera época; y los números dobles eran mucho más extensos, el número 9-10 dedicado a Luis Cernuda tiene 61 páginas.

Los ilustradores siguen siendo Miguel del Moral y Ginés Liébana, a los que se unen Rafael Álvarez Ortega, Pedro Bueno, Guinovart, Francisco Nieva y el propio Mario López.

En cuanto a los colaboradores Cántico abre, de nuevo, sus páginas a los poetas de Córdoba, pero esta vez con un número monográfico (10 y 11) dedicado a la poesía cordobesa del momento en homenaje a Antonio Cruz Conde (Alcalde de Córdoba). Se publican poemas de Manuel Álvarez Ortega, Mariano Roldán, Vicente Núñez, Luis Jiménez Martos, Antonio Gala, Concha Lagos, Rafael Millán y poemas de los cinco fundadores de la revista.

En otros números publicaron sus poemas otros poetas andaluces como Fernando Quiñones, José Mª Pemán, Alfonso Canales y los andaluces del 27: Lorca, Aleixandre, Altolaguirre y Cernuda y otros poetas nacionales de diversas tendencias, garcilasistas como José García Nieto, espadañistas como Victoriano Crémer, poetas de la generación del 50 como Blas de Otero, Gabriel Celaya y Carlos Bousoño.

Cántico también prestó atención a la poesía catalana, publicando poemas de Joan Perucho, Carles Riba, Salvador Espriu y a la poesía gallega contemporánea (nº 3) con poemas de Aquilino Iglesia, Álvaro Cunqueiro y Manuel Antonio y con un artículo de Álvaro Cunqueiro titulado: “Carta sobre la actual poesía gallega”.

También dedicó espacio a la poesía inglesa, francesa, italiana y hasta china.

Otra novedad es la publicación de ensayos críticos, realizados por escritores no pertenecientes al grupo, como el citado Álvaro Cunqueiro, Francisco López Estrada (“Noticia de los actuales poetas cordobeses”), Mariano Manent (“Carta sobre la actual poesía inglesa”), el hispanista italiano Oreste Macrí o Marcela de Juan sobre la poesía china.

Otro número monográfico, el 5, está dedicado a la poesía religiosa, que se abre con “Letrilla de la Virgen Blanca” de Gerardo Diego y se publican poemas de Luis de Góngora, Francisco de Rioja, Pedro Soto de Rojas, Pedro de Espinosa y Lanza del Vasto :Litanies a la Vierge.

Pero el número monográfico estrella (9-10, agosto-noviembre de 19559) es el dedicado a Luis Cernuda con una vistosa portada de Miguel del Moral y supone, según Abelardo Linares, el símbolo de la normalización de la poesía española; pues se inicia, entonces, el reconocimiento de la obra del poeta sevillano exiliado en Méjico. Colaboran con sus poemas José Mª Pemán, Julio Aumente, Fernando Quiñones, Manuel Álvarez Ortega, Ricardo Molina y Mario López. Escriben artículos evocadores sus compañeros de generación: Lorca, Aleixandre y Altolaguirre y unas cuantas aproximaciones críticas a la obra de Luis Cernuda: “Oscura noticia de Luis Cernuda” de Adriano del Valle; “Recuerdo de Luis Cernuda” de José Antonio Muñoz Rojas; “La poesía de Luis Cernuda” por Ricardo Gullón y otros. El número homenaje concluía con una selección de once poemas y dos fragmentos en prosa, como representativos del la producción de Cernuda hasta la fecha.

Desde el número 3 reinicia Ricardo Molina sus colaboraciones críticas, ahora bajo el epígrafe: Ita et nunc, ahora más elaboradas y rigurosas que en la primera época (Uriel).

Podemos distinguir cuatro tipos de colaboraciones críticas:

  1. La poesía comprometida (nº 3), desdeña este tipo de poesía, que la distingue de la “poesía-mensaje”, que no es rechazada por Molina, sino que “cumplió (…) la función transmisora esencial de valores culturales y religiosos, mientras que la poesía comprometida al estar al servicio de una doctrina restringe el horizonte poético”6.
  2. Defiende en “Justicia poética: Luis Cernuda”, la obra del sevillano, frente a la injusticia de ciertos críticos o el silencio.
  3. En “Asociaciones” (nº 8) reflexiona sobre las posibilidades que otorga la imaginación a los poetas para asociar, de manera intuitiva, términos reales e imaginarios en las metáforas.
  4. En el nº 12 recoge apuntes biográficos y confesionales a modo de diario: “Yo y los otros”, “Guardia en las Quemadillas” (Orillas del Gualdalquivir).

Ricardo Molina fue el verdadero director de Cántico, asesorado por Bernier y Baena. Él diseñó la portada, seleccionó las colaboraciones, ejerció la crítica literaria y se ocupó de la administración.

En esta segunda etapa, Cántico (1954-1957) siguió con su línea de eclecticismo, sin ser nunca un grupo cerrado (se admitió al grupo a Vicente Núñez, cordobés de Aguilar de la Frontera); pero, a vez, fue una revista independiente con respecto a las de signo realista de los años 50.

Fanny Rubio habla de equidistancia como virtud principal de Cántico, donde era frecuente el maniqueísmo:

Equidistancia con relación al papel representado por Espadaña, Garcilaso y Postismo. Ni era estrictamente pura, ni neorromántica, tal vez culturalista (…), su apuesta por el canto individual (de un específico erotismo y una marcada intimidad a la vivencia religiosa) aloja una parte muy sustancial de la memoria de la modernidad aportándole a ésta la fragilidad del espacio difícil que le cupo cubrir.”7

La desaparición definitiva de la revista se debió, según Abelardo Linares, al agotamiento de Ricardo Molina por problemas personales y por su frenética actividad. José Mª de la Torre propone otras causas: “Ricardo Molina descubre horizontes culturales nuevos, entre ellos los que se encuentra en el mundo telúrico y ancestral del flamenco”8.

El grupo poético Cántico adoptó una postura no comprometida en lo político y apostó claramente por la estética. Cántico no sólo llevó a cabo una aventura poética en la época, sino también moral y marginal, esto dice Luis Antonio De Villena al respecto:

La poesía de Cántico, muy vitalista y queridamente pagana (…), una poesía mucho más reivindicativa de lo que parece, porque se sitúa al margen de la mayoría moral. En una posguerra de estrictas normas católicas trata sin tabúes la materia homoerótica y paganizante9.

Esta poesía alejada, alejada de los tonos neorrománticos (Fortuño, 2008:63), de los tonos tremendistas, de la suavidad formal de Garcilaso y de la preocupación testimonial de Espadaña, mostró una exquisita sensibilidad, incorporó el mundo andaluz y grecorromano, el gusto por la belleza y el refinamiento, la fruición de los sentidos, impregnada de tintes barrocos, nostálgicos y elegíacos.

Pablo García Baena, el único superviviente del grupo, sintetiza así el papel de la revista: “Nosotros intentamos hacer poesía cuando se estaba haciendo otra cosa. Nuestros maestros fueron Juan Ramón Jiménez, los del 27, Mallarmé, los simbolistas y los parnasianos”.10

Abelardo Linares señala las aportaciones del grupo Cántico a la poesía española, así:

Lo que Cántico aporta a la poesía española es la conciliación de dos tradiciones poéticas distintas (…): por una parte la poesía literaria (una poesía con imaginación y anécdota, bella y refinada formalmente); y por otra, la poesía de experiencia (una poesía de lo concreto humano (…), vital ). Estas dos tradiciones podrían resumirse entre nosotros, una en el modernismo, la otra en la línea que va de Luis Cernuda a Francisco Brines, Jaime Gil de Biedma y el Valente de los 60. (…) Buena parte de lo más granado y avizor de la poesía joven andaluza y española en general haya significado su admiración o su deuda con los poetas de Cántico (…): Guillermo Carnero, Pere Ginferrer, Luis Antonio de Villena, Antonio Colinas, Francisco Bejarano, Fernando Ortiz, Felipe Benítez Reyes. 11

La revista Cántico, al fin, representó el nexo de unión entre la poesía posterior de los Novísimos y la Generación del 27, así como el Postismo respecto de la s Vanguardias y la posmodernidad actual.

A partir de 1960 los poetas de Cántico sufren un eclipse de una decena de años y el rescate y la justa valoración se produjo en los años 70, cuando los “Novísimos” reconozcan su deuda con el Grupo. El libro primerizo de Guillermo Carnero: El Grupo Cántico de Córdoba, Editora Nacional, Madrid, 1976 abrió la brecha y otros jóvenes poetas como Pere Ginferrer, Fernando Ortiz, Luis Antonio de Villena, Abelardo Linares, Alfonso Canales, José Infante siguieron su estela.

Los miembros de Cántico, después de este estímulo, han publicado sus obras con normalidad, han recibido la atención de la crítica y figuran en los manuales de literatura y en las antologías. Incluso la Obra poética completa (2 vols.) de Ricardo Molina, que murió prematuramente en 1968, fue editada por la Diputación de Córdoba en 1982 y más recientemente Obra poética (1945-1967) y Obra poética. Poesía póstuma, Madrid, Visor, 2007 del mismo autor.

Conviene destacar que “Cántico fue una suma de individualidades, un archipiélago de islas cercanas al paraíso, pero unidas por amor a la palabra, al arte y la vida”, según declaraciones de Pablo García Baena a Rosa Luque Reyes.12

Por lo demás en 1983 se publicó el facsímil de la revista Cántico por la Diputación de Córdoba y se reeditó en 2008.

Pablo García Baena recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1984, que en cierta medida sería un reconocimiento a todo el Grupo Cántico. También fue galardonado con el Premio Andalucía de las Letras, 1992 y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, 2008.

En 1997 se celebró un seminario con el título: “Cincuenta años de Cántico en Córdoba” (1947), cuyas actas se publicaron en 2003, en el que destacados especialistas presentaron sus investigaciones sobre el Grupo.

Por último el Ministerio de Cultura (SECC), la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Córdoba organizaron la Exposición CÁNTICO, 2010 (abril-mayo) en el Palacio de la Merced, siendo su comisario Rafael Inglada y con asistencia de los dos supervivientes: Pablo García Baena y Ginés Liébana. Esta Exposición también se pudo ver en el Palacio Episcopal de Málaga. La muestra gira en torno a tres ejes: libros, documentos y obras de arte en torno a Cántico. Libros: se exponen las primeras ediciones del Grupo y los estudios realizados en torno a Cántico. Documentos: cartas, fotografías y manuscritos originales de los miembros de Cántico. Y dibujos y cuadros de los pintores Miguel del Moral y Ginés Liébana, así como de otros artistas relacionados con Cántico.

Ofrecemos, a continuación, una breve muestra de la poesía de Cántico:



RUMOR OCULTO

Quiero que sea mi verso

Como luna de abril,

como las rosas blancas,

Como las hojas nuevas.

Que mi cítara suene

Como el agua en la yedra,

Que mi canto sea nada

Para que lo sea todo

Y que mis versos caigan

Heridas las estrellas.



Pablo García Baena

(de Rumor oculto)



A LA LUNA

Suspiro de la noche, perla fría

Que el estival ardor cambias en nieve.

Fuente donde la alondra trinos bebe,

Azor de la nocturna cetrería.



Alas que navegáis la helada ría

Del cielo en brazos de la brisa leve.

Rosa dormida en luz, de donde llueve

Frescura de silencio y melodía.



Amantes que en la noche serenada

Empañáis los cristales de la luna

Con el suspiro que os destroza el seno:



Besad, que ya la aurora viene alada,

Antes que Febo salte de su cuna

Y que el olvido vierta su veneno.



Pablo García Baena

(de Almoneda)

*** *** ***



OH SUSPIROS GLORIOSOS

Oh suspiros gloriosos del amante

Que tanta dulce música esparcían

Por largas galerías virginales.



Oh luces en negrura recogidas

Y en indecible noche que celaban

Los muros del secreto sentimiento.



Oh sentimiento mudo, luz y lágrimas,

Que escalaba los muros de la noche

Como el divino salteador de plata.



Ricardo Molina

(de Elegía a Medina Azahara)

*** *** ***



DESEO PAGANO

Dioses innúmeros perdidos en los campos

Entre hierba y mirto, paciendo los sonidos d los vientos suaves.

Inmóviles escuchas de la tarde

Puros dioses de mármol sobre el verde,

Marfil amarillento a los rayos del ocaso,

Dioses azules en las sombras casi, más tarde fundidos en la noche.

Yo os invoco: que mi voz resucite vuestros restos deshechos,

Vuestros torsos desnudos que se bañan en las lágrimas húmedas

y soñolientas de los prados.

(…)

¡Oh siglos, volved!

¡Volved, pues os esperan los dioses,

Los dioses del amor y la alegría

Del sol, la luz, las fuentes y los prados,

Los dioses vivos de la carne y los deseos!



Juan Bernier

( de Aquí en la tierra)

*** *** ***



MUSEO DE CARROZAS

El viento esparce y se lleva

La juventud, la hermosura,

Años en los que he vivido

En inconsciencia o amores.



El viento se lleva todo,

Todo lo que conocimos,

Lo que amamos, la frialdad

De la belleza imposible…

(…)

Si miras alrededor

De ti, de cuanto tuviste,

Los que quisiste y te amaron

En otros jóvenes días,

El viento los barre. Nada

Queda ya de todo aquello.

Inmóviles, pétreas, frías

Sólo quedan las carrozas.



Julio Aumente

(de Las criaturas de la noche)



BIBLIOGRAFÍA:

AA. VV. El libro de don Carlos. Cántico (Córdoba, 1940), Exma. Diputación de Córdoba, 1993 (Edición facsimilar)

Carnero Guillermo, El Grupo Cántico de Córdoba. Un episodio en la historia de la poesía española de posguerra, Visor Libros, Madrid, 2009 (2ª edición)

De la Torre, José Mª, Ricardo Molina, biografía de un poeta, Caja Sur, Córdoba, 1995

Facsímil de Cántico. Hojas de Poesía, 1947-1957, prólogo en índices de Marie Christine del Castillo y Abelardo Linares, Diputación de Córdoba, 1983.

Fortuño Llorens Santiago, Poesía de la primera generación de posguerra, Cátedra, Madrid, 2008

García Baena, Pablo, en El País, 12/IV/1986

García de la Concha, Víctor, La poesía española de 1935 a 1975 II, Cátedra, Madrid, 1977

García Lorca, Federico, Romancero Gitano. Poema del cante jondo, Espasa-Calpe, Madrid, 1977.

Luque Reyes, Rosa, Cántico. Resistencia y vanguardia de los poetas de Córdoba, Ediciones Alfar, Sevilla, 2011

Rubio, Fanny, “Las revistas contemporáneas (Homenaje a Cántico) en Cincuenta años de Cántico. Estudios críticos, Diputación de Córdoba 2003.

Villena, Luis Antonio de, El fervor y la melancolía. Los poetas de Cántico y su trayectoria, Colección Vandalia, Fundación José Manuel Lara, Sevilla, 2007.

     


1 .- Este cuaderno-homenaje se creyó perdido; sin embargo, fue publicado en edición facsímil en los años 90: El libro de don Carlos. Cántico (Córdoba, 1940), Exma Diputación de Córdoba y Caja Provincial de Ahorros, 1993.

2 .- García de la Concha, Víctor, La poesía española de 1935 a 1975 II, Cátedra, Madrid, 1977 (p. 774)

3 .- García Lorca Federico, Romancero gitano. Poema del cante jondo, Espasa- Calpe, Madrid, 1977, p.45

4 .- Uriel, en Facsímil de Cántico. Hojas de Poesía, 1947-1957, Prólogo e índices de Marie Christine del Castillo y Abelardo Linares, Diputación de Córdoba, 1983, p. 14

5 .- Carnero Guillermo, El Grupo Cántico de Córdoba. Un episodio clave en la historia de la poesía española de posguerra, Visor Libros, Madrid, 2009 (2ª edición) pp. 52-53

6 .- Facsímil de Cántico, p. 209

7 .- Rubio Fanny, “Las revistas contemporáneas (Homenaje a la revista Cántico)”, en Cincuenta años de Cántico. Estudios críticos, Edición de Celia Fernández, Diputación de Córdona, 2003, p. 63

8 .- De la Torre, José Mª, Ricardo Molina, biografía de un poeta, Caja Sur, Córdoba, 1995.

9 .- Villena, Luis Antonio de, “Cántico y sus poetas, entonces y ahora”, en El fervor y la melancolía. Los poetas de Cántico y su trayectoria, Colección Vandalia, Fundación José Manuel Lara, Sevilla, 2007

10 .- García Baena, Pablo, El País, 12/IV/1986, p. 56

11 .- Prólogo a la edición facsimilar, pp. 10-13 y 15

12 .- Luque Reyes, Rosa , Cántico. Resistencia y vanguardia de los poetas de Córdoba, Ediciones Alfar, Sevilla, 2011
 

martes, 4 de marzo de 2014

LAS REVISTAS POSTISMO Y LA CERBATANA (1945).- MADRID


 

                                                                  El Postismo


          
                                                                                                                                                                                 
                                        
                                                                                              
                                               
                                            
 
La génesis de la aventura postista (Pont, 1987: 44-49) se produce en Ávila, donde la familia de Eduardo Chicharro residía en los veranos. Allí, en agosto de 1944, hospedado Ory en la celda de un convento, que había alquilado Chicharro, debió de gestarse el embrión del Postismo.

Chicharro tiene la idea de crear un movimiento estético-literario y para ello se compromete a redactar un manifiesto. Es secundado por Ory, a quien había conocido en el café “Pombo” y por el italiano Silvano Sernesi, a quien conocía de sus años romanos, donde su padre, Eduardo Chicharro Agüera (pintor de cámara de Alfonso XIII) era director de la Academia de Arte Española en Roma.

Carlos Edmundo de Ory sugiere el lanzamiento de una revista, portavoz del movimiento. El respaldo económico corrió a cargo de Silvano Sernesi, cuyo padre era el director de la sucursal de la “Banca di Lavoro” en Madrid, que le concedió un crédito de 5000 pesetas.

Posteriormente, el 15 de noviembre de 1944 se produce el primer anuncio del Postismo al mundo en “Radio SEU”:

El 15 de noviembre de 1944, el Postismo fue invitado a hacer unas declaraciones ante el micrófono de “Radio Seu”. El poeta Salvador Pérez Valiente (…) hizo unas cuantas preguntas acerca de las nuevas tendencias, concluyendo por dar lectura, en colaboración de los mismos autores, de tres romances postistas.

-¿Qué entendéis? ¿Qué es? ¿Qué representa el Postismo?

-El Postismo es la herencia inmediata e inevitable de los demás (…) ismos. Post-surrealismo, post-cubismo, post-ultraísmo…Por eso se llama POSTISMO, el ismo que viene después de los otros ismos. Lo descriptivo, lo narrativo, lo pintoresco y lo psicológico han caído en descrédito, dejando lugar a lo que muy superficialmente se puede entender por intelectual (…) Es decir, el máximo partido puede sacarse del primer elemento postista: la imaginación. El surrealismo dice: escribe o pinta absolutamente lo que se antoje, pero sin moral, lógica o estética. El Postismo dice: escribe o pinta lo que se te antoje, por disparatado que sea; pero has de perseguir, sobre tos la belleza (estética), y debe ésta responder a una rigurosa lógica, por loca que sea. Queriendo definir el Postismo con una sola palabra, sería ésta: IMAGINACIÓN.1

La noche de los Reyes Magos de 1945 se produjo el acta fundacional del Postismo en el café “Castilla” de Madrid por los tres citados artistas: Eduardo Chicharro Briones (1905), Carlos Edmundo de Ory y Silvano Sernesi, nacidos ambos en 1923; esto dice al respecto el postista canario Félix Casanova de Ayala:

Inopinadamente, en el propio Madrid y en uno de sus cafés literarios más anacrónicos- el “Castilla”, en la calle Infantas-, la noche de Reyes Magos de aquel año de gracia y desgracia de 1945, tres poetas: uno, andaluz- Ory-, otro, madrileño romanizado- Chicharro Hijo- e italiano legítimo, el tercero- Silvano Sernesi-, se pronuncian en rebeldía contra la secuela y huestes de Gracilazo. Su bandera es el Postismo.2

Unas tarjetas, en forma de hexágono irregular, con el nombre y el teléfono de los fundadores del Postismo se reparten al público en el citado café “Castilla”, con ceremonial “entre histérico e histórico”, según Casanova de Ayala.

El 20 de enero de 1945 los diarios madrileños ABC, Arriba y Pueblo publican el siguiente anuncio:

España lanza el Postismo. Un grupo de jóvenes poetas y artistas acaba de lanzar en Madrid el programa de un nuevo movimiento de tendencia plástico literaria. Son sus fundadores Eduardo Chicharro (hijo), Carlos Edmundo de Ory y Silvano Sernesi, un pintor y dos poetas, y le llama a este movimiento >>Postismo<<. Como órgano de prensa del >>postismo<< saldrá en este mismo mes una revista que tomará el título de la Escuela citada.

Después de aquella ceremonia fundacional del café “Castilla”, el Postismo comienza su singladura pública. Los postistas frecuentan las tertulias literarias madrileñas: la del huérfano café “Pombo” (con RAMÓN en Buenos Aires), la del café “Gijón” y su “Juventud creadora”, con José García Nieto al frente. A menudo los postistas asistían a dichas tertulias con ánimo de provocar y cuestionar a los renombrados escritores ‘oficiales’. Su punto de mira se dirigía al cenáculo del garcilasismo poético; esto declaraba Ory al diario Sevilla en septiembre de 1945: “Nos reunimos en Madrid en el café “Castilla”, pero ahora vamos darle la batalla a la “Juventud creadora”, de García Nieto, al propio café “Gijón”, guarida de aquella”.3

El Postismo sacó su revista del mismo nombre, POSTISMO, estética, enero 1945 y figuran como directores Silvano Sernesi y Carlos Edmundo de Ory, redactor técnico postista, Chicharro Hijo y la redacción estaba en la C) Barbieri, 10 de Madrid. El título lleva adornos modernistas, unidos por flores, diversas aves, un pavo real y un niño semidesnudo.

En el centro de la portada hay una fotografía del pintor Gregorio Prieto con el torso desnudo y con la cabeza tocada por un casco de apariencia futurista y un naipe en equilibrio en el centro del pecho. El personaje apoya su barbilla en sus manos con los dedos cruzados.

Esta fotografía es obra de Eduardo Chicharro, que se la hizo cuando ambos estaban becados en la Real Academia de Bellas Artes de España en Roma. El fotomontaje sugiere tres elementos relacionados con el ismo:

. La desnudez, nacimiento del ismo.

. El casco, de apariencia futurista, señalando el vanguardismo y la protección

. El naipe, símbolo del azar y del juego. (Pont, 1987: 165-166).

En este primer número de Postismo, se publica, tipográficamente contrapeado, el “Manifiesto del Postismo”, firmado por CH.H. (Chicharro Hijo) y cuyos puntos básicos son los siguientes:

Solo la imaginación, hija de la Razón y del subconsciente puede lograr el objetivo primero: “inducir a maravilla”. La imaginación no imita crea. Y sigue el Manifiesto en su punto 1:

El Postismo preconiza la existencia de estos mundos específicos, individuales o colectivos (…) y afirma que el subconsciente es quien facilita la materia en bruto de toda creación pura. Y la exégesis de la obra postista se funda, pues, en este axioma: el subconsciente ha de crear (es el que crea) y el subconsciente ha de entender (es el que entiende). De lo dicho se puede establecer una definición concreta: El Postismo es el resultado de un movimiento profundo y semiconfuso de resorte del subconsciente tocados por nosotros en sincronía directa o indirecta (memoria) con elementos sensoriales del mundo exterior, por cuya función o ejercicio de la imaginación, exaltada automáticamente, pero siempre con alegría, queda captada para proporcionar la sensación de la belleza o la belleza misma, contenida en normas técnicas rígidamente controladas y de índole tal que ninguna clase de prejuicios o movimientos cívicos, históricos o académicos puedan cohibir el impulso imaginativo.4

“El Postismo es la resultante inevitable de los “ismos” precedentes” y con el surrealismo sólo tiene en común “la fuente de inspiración del subconsciente totalmente libre” (dice en la p. 4).

“Cazando palabras en el aire, máximo ejercicio del Postismo, será esta la mejor ocasión para hablar del “Juego” (…) El retorno a una idea, una frase musical, una o unas palabras- símbolo, o palabra personaje, o palabra –clave (…) es “juego”; y la rima es “juego”; y la asonancia es “juego”; (…), y el mismo ambiente anímico o tonal-color es “juego” (dice en el punto cuatro, p.13).

Y los postistas terminan su manifiesto declarando su apoliticismo: “que nuestro movimiento no es político (…), pues es universal, que respetamos todo principio religiosos puesto que somos libres”; asimismo manifiestan su voluntad de no molestar a los que hacen otro tipo de arte o poesía: “no los tocaremos”. Y sigue :”Muchos nos atacarán (…) Muchos dirán que no nos entienden (…) se reirán de nosotros (…) ¡Qué solos vamos a estar, pero qué bien!” (p. 13)

Firma CH. H y debajo “la imagen de un hombre que se ríe sentado y fuma con la mano y con la boca” (Origen del postismo).

La recepción de este primer manifiesto del Postismo no fue muy favorable por parte de las corrientes poéticas del momento. Se tomaba poco en serio a los postistas, tanto por parte de los garcilasistas como los espadañistas. Sólo fueron incondicionales, los hermanos Ignacio (músico) y Francisco Nieva (dramaturgo y pintor), que asistían a los fantásticos aquelarres postistas del trío (Ory, Chicharro y Sernesi), que se celebraban en el estudio de Chicharro, sito en el Pasaje Alambra,11. Algunos se adhirieron al Postismo con curiosidad (Eugenio D’Ors, González-Ruano); otros abrazaron el Postismo como Cirlot, Juan Alcalde e Ignacio Aldecoa5, que fueron filopostistas.

El contenido de la revista única era el siguiente:

Una proclama postista, >>Por el niño<<, con un dibujo de Tony, hijo de Chicharro; >>Vanguardia y vuelta al orden<< de E. Lafuente Ferrari; >>Manifiesto del Postismo<<, pp. 4,12 y 13; >>Mirada rápida a los ismos anteriores<<, artículo antipostista de José Sanz y Díaz.

Textos de creación: narrativa: >>Botellas viejas y mujeres viejas<<, cuento de Tomás Borrás; >>Un hombre poco común o el hombre de los pañuelos<<, cuento de Sernesi y Chicharro.

Poesía. >>Liricoteca<< con poemas de Chicharro, Sernesi y Ory; >>Caligrama<<, poema manuscrito firmado por Rafael Montesinos, José Mª Valverde y Jesús Juan Garcés.

Ilustraciones: Fotografía de >>Gregorio Prieto<< por Eduardo Chicharro.

Dibujos: >>Dibujo<<, por Benjamín Palencia; caricatura conjunta de >>Sernesi, Chicharro y Ory<<, por Luis Lasa.

Y una nota importante: >>NO SE VAYA A CREER…<<

“Advertimos, para que alguien no se vaya a creer…que todo lo que publica “Postismo” no es precisamente postista. Mucho, sí”( p.14)

La revista, aún no teniendo nada se subversiva, fue cerrada por la censura. En un principio Juan Aparicio, jefe de Prensa y Propaganda, quiso utilizarla políticamente; pero parece ser que se recibieron cartas de protesta de obispos y de honrados padres de familia en la Dirección General de Información y Turismo y se suprimió la revista.

Por lo tanto no quedaba otro remedio que sacar otra revista con distinto nombre: La Cerbatana, Revista Ilustrada de la Nueva Estética. ¡Viva Gutemberg!, con un cuadro de J. Biero en la portada. Y así se presenta a sus lectores: >> ¡A LA UNA… A LAS DOS… A LAS TRES!<<: font="">

He aquí una revista discordante (…) Se llama LA CERBATANA porque no puede llamarse con otro nombre (…) Este primer número quiere ser, además, una muestra de nuestra actividad tal vez artística (…) Queremos, pues, presentar poesía y prosa, sonetos y cosas en un ambiente tipográfico, bajo una presentación de imprenta justamente nueva (…); armonía de versos y armonía de “tipos”6.

Vienen luego algunos textos de estética postista como: "Nos echan da la poesía&lt"; de Eduardo Chicharro (p. 4), "La patética expresión del arte"; de Eduardo Chicharro (pp. 4 y 12);"Entrevista a un hombre que se ríe sentado y fuma con la mano y con la boca"; de Silvano Sernesi; y se trata de un ensayo sobre la imagen emblemática del Postismo, un poco en la línea de André Breton: Il y a un homme traversé par ma fenétre. “Un hombre que se ríe sentado…"; Ya no es imaginación; ya no es locura (…) Una belleza sin lógica dadaísmo; una lógica sin lógica, surrealismo; una belleza con lógica, postismo” (p. 11).

En cuanto a los textos de creación en narrativa tenemos: "Casi los casó Voronoff" (cuento) de Silvanoi Sernesi (p.3); "El diario de un loco, fragmento" de Carlos E. de Ory (p. 5); "Viejo" (cuento) de Eduardo Chicharro (p. 7); "Tres cuentos cortos" de Ory, Sernesi y Chicharro (en la contraportada) y publicados hoy, serían microrrelatos. Estos tres textos tienen continuidad narrativa.

Poesía: "De lo más a lo menos" de Eduardo Chicharro (p. 3); "De mi loco al loco Carlos Edmundo", soneto de Ängel Crespo; "Poemas primitivos para ángeles" de Jesús Juan Garcés (pp. 8 y 9); "Anna" soneto de Silvano Sernesi y "Escena de guerra", caligrama de Manolo Pilares (p. 15).

"Nuestros amigos esos locos", página- collage, compuesta por dibujos, textos mecanografiados y autógrafos de simpatizantes postistas: Joaquín Soler Serrano, CIRLOT, José Julio Rodríguez.

Publicidad: Si en Postismo sólo aparecía un anuncio de la librería Ínsula, aquí se anuncia la ginebra GIRÓ, la librería CLAN y la tienda para pintores “Bellas Artes”, así como un concurso de cuentos premiado con 1000 pesetas.

Dibujos: Anagrama del Postismo, un pulpo con un sombrero y una pajarita en el extremo del largo tentáculo (p. 15), por los hermanos Santodomingo; "Minero" por Manolo Pilares; "Caricatura de Manolete" de corte expresionista, por Luis Lasa (en la contraportada).

También aparece la "Lista de adheridos y simpatizantes a la NUEVA ESTÉTICA", entre ellos: Wenceslao Fernández Flórez, Camilo José Cela, José Pla (escritor) Mas Pla, Palafrugell (Gerona), Ángel Crespo, Eugenio D’Ors (esteta).- Madrid.

La Cerbatana como Postismo salieron una única vez y ambas cubrieron la primera etapa del Postismo, 1945-1946.

El “Segundo Manifiesto” del Postismo salió en un número extraordinario de La Estafeta Literaria en 1946 y está firmado por la trinca postista: Chicharro Hijo, Sernesi y Ory; y viene a ser una crónica de las reacciones suscitadas por el Postismo:

Quiere decir Postismo, después de los ismos (…), es un neo-surrealismo y un neo-expresionismo; a semejanza de estos dos ismos recibe gran parte de su inspiración y materiales del subconsciente; a diferencia del surrealismo no admite el automatismo absoluto (…), no elude la estética, sino que la busca ( una estética especial, libre de cánones y prejuicios).

El Postismo no es cosa inventada…no hemos hecho sino descubrir posibilidades muy particulares en determinadas formas literarias y artísticas de hoy (…) herencia de anteriores ismos; hallar la manifiesta influencia del surrealismo en la formación del pensamiento actual, del humanismo y de la pintura y la poesía (…) Queremos (…) hacer del lenguaje no sólo un medio, sino, y especialmente, una fuente directa de inspiración. Y queremos ser libres… ;El Postismo es la locura inventada.7

El “Tercer Manifiesto” del Postismo, firmado por Eduardo Chicharro Hijo, como el primero, apareció en El Minuto nº 1, suplemento juvenil del diario La Hora de Madrid, 1947. Y en este manifiesto lo que pretende Eduardo Chicharro es hacer una catalogación del Postismo dentro de los “ismos”:

El Postismo como parentesco, será hijo del Surrealismo, nieto del Dadaísmo y sobrino del Expresionismo. ¿Qué hereda del Dadaísmo?: Muy poca cosa: tal vez la intuición y la pureza de todo primitivismo. ¿Qué de Surrealismo? La explotación del subconsciente. ¿Y qué del Expresionismo) La expresividad. ( O. C. p. 304).

Todavía hubo un “Cuarto Manifiesto” postista, que quedó inédito (escrito en 1947-o- 1948), firmado por Chebé (Chicharro Briones) y Carlos Edmundo de Ory (Chebé-Ory); ya Silvano Sernesi había regresado a Roma. Este manifiesto fue publicado por primera vez por José Mario Armero en 1974, en Música celestial de Eduardo Chicharro.

El manifiesto reconoce el fracaso y la marginación del nuevo “ismo”; y se pronuncia de esta guisa: “La definición del Postismo es una mano (…) Una mano de tres dedos; helos aquí: la discordia. El adulterio y la mágica palabra; o, para se más claros: la paloma, el jerifalte y los tres pies que tiene el gato”8.

Posteriormente, a partir de 1947, se incorporan nuevos miembros al grupo: Gabino-Alejandro Carriedo, Ángel Crespo y el canario Félix Casanova de Ayala, éstos abren una nueva vía postista, que Carlos Edmundo de Ory calificó de “Pseudo-cisma, que supuso el inicio del Segundo Postismo, que tuvo su ‘central’ en Ciudad Real y como órgano de expresión una sección del diario Lanza; también participó en esta etapa el grupo de La Mancha formado por Federico Muelas, Antonio Fernández Molina y Carlos de la Rica; pero que duró muy poco tiempo. Carriedo, Crespo y Federico Muelas continuarían la estela postista con la publicación de la revista El pájaro de paja ("Carta Circular de Poesía", Madrid, 1950-1956).

El Postismo no se acomodó a las vertientes poéticas de la época. Nace declarándose antigarcilasista. Rechaza las teorías existenciales, humanizadoras y testimoniales de los espadañistas y está alejado de la preocupación formal y lingüística del Grupo Cántico de Córdoba. La poesía postista pretende la demolición del edificio poético realista.

Los postitas son quizá los herederos del humor de La Ametralladora, La Codorniz y El Bertoldo, así como de la greguería poética de Ramón Gómez de la Serna (“Las quisquillas hacían cosquillas al apetito”).

El Postismo preconizó un concepto artístico universal, mezclando la literatura con la plástica. Así las relaciones del Postismo con el grupo pictórico Dau al set9 (“Dado al siete”), en el que destacaron los poetas Juan Eduardo Cirlot y Joan Brossa, fueron muy intensas.

También podemos hallar huellas postistas en el primer teatro de Fernando Arrabal (Pic-Nic, El Triciclo y El cementerio de automóviles, 1952-1959) y en el “Teatro Furioso” de Francisco Nieva.

En cuanto a la producción literaria postista, fue en la poesía donde presenta unos perfiles más claros con la obra de Eduardo Chicharro, Carlos E. De Ory, Silvano Sernesi, Ángel Crespo, Félix de Casanova de Ayala, Gabino-Alejandro Carriedo y el narrador Ignacio Aldecoa con dos libros de poesía publicados.

Eduardo Chicharro escribió poemas al alimón con C. E. de Ory: Las patitas de la sombra (1944); Plurilingüe lengua (1945-1947), sonetos aparece ese surrealismo entre lúdico y trágico; Música celestial (1947-1958 y Las Cartas de la noche (1950-1960).

Carlos Edmundo de Ory publicó Versos de pronto (1945) y Doblo hablo (1945-1948) y Los poemas de 1944, de corte surrealista.

Gabino-Alejandro Carriedo publicó, La piña sespera (1948) y La flor de humo (1949), en la línea del postismo.

En general los rasgos estilísticos de esta poesía postista son: sintaxis alógica, rupturas temporales, enumeraciones caóticas, términos sorpresivos. Y todo esto confluye en el juego verbal, el humor, la euritmia musical, la distorsión léxica y la predicación crítica del absurdo.

En la narrativa están los relatos de Chicharro, Ory y Sernesi, publicados en Postismo y La Cerbatana; la novela de C. E. de Ory, Mephiboseth en Onou o el Diario de un loco, que fue prohibida por la censura y algunas novelas inéditas de Eduardo Chicharro.

Por lo que se refiere a lo teatral, los postistas escribieron al alimón, La Lámpara (1945), que incluso se anuncia su representación en la penúltima página de La Cerbatana; y esta comedia rotunda sería un poco precursora del teatro del absurdo de Ionesco y otros autores europeos e Historia natural, Comedia breve en dos actos de Carlos Edmundo de Ory, que se proyecta hacia el teatro del absurdo.

Y filopostistas serían el “Teatro Pánico” de Fernando Arrabal y el “Teatro Furioso” de Francisco Nieva.

La plástica postista fue la que menos repercusión tuvo, a pesar de que Chicharro Hijo era un reputado pintor, catedrático de Pedagogía del Dibujo y maestro de pintores como Antonio López, Lucio Muñoz, Amalia Avia, Eusebio Sempere.

Los postistas celebraron dos exposiciones, una en Madrid y otra en Zaragoza. La única pintora postista, Nanda Papiro, musa postista y esposa de Chicharro, con sus arabescos, filigramanas y curvas sin fin, puede considerarse un antecedente de la psicodelia.

Ya en 1975 Francisco Nieva aseguró que “El refugio iba a ser el Postismo, el único movimiento de vanguardia que vieron los años 40 (…) Éramos una especie de reunión de apestosos que hicimos reír a todo Madrid”10.

Más tarde en 1984, Nieva afirma que el Postismo era el precedente de la posmodernidad:

Leyendo un poco al trasluz en los manifiestos del Postismo se está viendo que no predicaba otra cosa que lo que , al cabo de 30 años más o menos, se llama postmodernidad (…) Al postismo no se le tomó en serio (…), a ese postismo que no tuvo la menor aceptación entre nuestros intelectuales y que hoy se recibe con el nombre menos chistoso de postmodernidad.11

La imaginación poética y libertad lúdica del lenguaje se convierten en sus señas de identidad: Humor disparate y la “locura inventada” de Ory. Esto dice Guillermo Carnero: “Los postistas ironizaron contra las grandes corrientes humanizadoras de la poesía de posguerra poniendo en ridículo alguno de sus motivos más queridos, como el amor conyugal (…), o el silencio de Dios de los poetas del existencialismo religioso. Es el Postismo un cuerpo extraño en el contexto de la poesía española de posguerra, una prolongación tardía de la literatura de vanguardia”12.

Los postistas mostraron su rebeldía y su inconformismo a una sociedad privada de libertad y esta rebeldía “se dirigía- como señala José Manuel Polo de Bernabé- a superestructura cultural, a las costumbres y actitudes fijas y a una estética anquilosada. De ahí la búsqueda (…) de un lenguaje más libre, más creador. Los postistas se habían separado del realismo tremendista (…), y reivindicaban el humor, la risa y la creación gozosa. De esta búsqueda surgió un lenguaje absolutamente subversivo y creador, de una gran novedad. Anticiparon procedimientos de expresión que luego más adelante
serían aceptados como modernos en la cultura europea”13.

El mismo Carlos Edmundo de Ory dice: “El postismo fue, ante todo, un intento de despertar a la vida lo dormido; fue un sacudir perezas mentales y legañosas; fue una dinamita de la imaginación”14.

El Postismo no tendrá continuadores, sólo algunos poetas del surrealismo de posguerra como Manuel Álvarez Ortega, Miguel Labordeta, Francisco Pino y, sobre todo, Juan Eduardo Cirlot, filpostista y Joan Brossa, seguirán un poco la estela postista

El Postismo fue silenciado a partir de los años 50 y empezó a ser tenido en cuenta por la crítica y por los poetas ‘novísimos’en los años 70.
En 1994 se celebró en Cuenca un congreso sobre el Postismo y participaron con sus ponencias: Amador Palacios, Jaume Pont, Rafael de Cózar, José Fernández Arroyo y Antonio Fernández Molina.
La revista bilbaína Zurgai, editada por la Diputación Foral de Vizcaya, dedicó un monográfico al Postismo en 1991 y lo mismo hizo la revista Barcarola nº 50, 1996 de Albacete.

Ofrecemos a continuación una breve muestra de poesía postista:


SONETO PÁGAME LA TARDE

Doblo hablo entrada siete parapeto

Digo persigo estábamos me canso

Me estáis diciendo que me cae la tarde

Soy vieja yo ¡sus! tose santo el gato.


Este hilo se acaba algunos hipos

Di dice no nadie habla suena un lío

La media del paquete aturde míralo

Se peina y dame cuando vengo amigo.


No será esta burbuja que he ganado

Aquí tengo yo más preparo trenes

Voilà toujours le lit la bonne fille.


Oh caro río del mercado ablanda

Quiero que tú perdón substituido

Llevo sentado espejo apaga apaga.

Carlos Edmundo de Ory

(de Doblo hablo, 1945-1948)


*** *** ***

CARTA DE NOCHE A CARLOS

Carlos yo te escribo trece trenes

Trinos trece te estremece

Y te envío mecedoras

A tu casa.

Que tu casa es una cosa

Que no pasa.

En el fondo sutilísimo te escribo

Del estribo.

(…)

Pasan ciervos por mis ojos

Luchan truchas en mi leche

Por debajo pasa el grajo, por la orilla la abubilla.

Que mis ojos son de corcho sueño a veces

Y las heces que vomito son como oro

(…)

Sigo enviándote mecedoras,

Cuídalas, límpialas, pómpalas

Góndolas, lámparas, ordéñalas

Albérgalas en tu pecho

Que el sultán viejo lo dice:

Si el refrán mata a la rata

Pon tu casa enjabelgada

Que a decir viene lo mismo.

Eduardo Chicharro, "CHEBÉ"

(Publicado por primera vez en el El Pájaro de paja
Carta Quinta, Agosto, 1951, Santander)


*** *** ***

EL PIGMEO BORDONERO

Paraboloide insecto

Calenturiento cala,

Encerrador de cuentos, degollador de farsas.

Se pare ce a una foca,

A un toro, a un grillotalpa.

¡No! Es sólo un pobre enano

brotado de una gacha

Silvano Sernesi

(en Postismo, 1945, p8)


*** *** **

A C. E. DE O.

EDMUNDO, niño, niño

Tan niño como el mundo,

Tan viejo, sí, tan niño!


Tan sueño, mundo Edmundo

Bisoño y sueño y niño,

Y Edmundo y sueño y mundo.


¡Ay, mundo, ay sueño, ay coño,

y cómo cuesta, Edmundo,

librarse del beleño!

(…)

Edmundo, nuño, mundo

Tan mundo como niño,

Tan viejo como un mundo…


Yo conocí un aroma,

Y un hálito, una seña

Un pájaro y un mundo


…Y un sueño.

Gabino-Alejandro Carriedo

Madrid, 20/12/1947

(Poema inédito, cedido por Carlos Edmundo de Ory

a Jaime Pont, en El postismo)



                                                            Dibujo postista de Nanda Papiri



1.- "Primer anuncio del Postismo al mundo", en Postismo, estética, enero, 1945, pp. 2 y 15. Facsímil de las revistas Postismo y La Cerbatana, Renacimiento , Sevilla, 2011 (Presentación de Rafael de Cózar)

2 .- Casanova de Ayala, Félix, "Anecdotario y teoría del Postismo", en Papeles de son Armadas nº 104, Plama de Mallorca, 1964

3 .- Pont Jaime, El Postismo. Un movimiento estético-literario. Estudio y textos, Edicions del Mall, Barcelona, 1987, p.46

4 . Facsímil de Postismo y La Cerbatana, Renacimiento, Sevilla, 2011, p. 5

5 .- Ory Carlos Edmundo de, " Por calles y tabernas con José Ignacio Aldeco"·, en Aproximación crítica a Ignacio Aldecoa de Drosoula Lytra, Selecciones Austral, Espasa-Calpe, Madrid, 1984. Carlos Edmundo de Ory e Ignacio Aldecoa vivieron en la “Pensión Garde”, C) San marcos, 41, cerca de la bifurcación de Alcalá con Gran Vía presidida por el soberbio edificio de Metrópolis. En la misma pensión vivían el pintor Pedro Bueno y Rafael Santos Torroella. Muy cerca de allí tenía el estudio Eduardo Chicharro, en el pasaje Alambra, 11, hoy desaparecido. Las revistas Postismo y La Cerbatana se imprimían en la calle Barbieri, 10 y la sede del movimiento postista estaba en el Café Castilla en la calle de las Infantas. Ignacio Aldecoa compañero de correrías de Ory publicó dos libros de poesía: Todavía la vida (1947) en la línea postista y Libro de las algas (1949), que firmaba como José Ignacio Aldecoa.

6 .- "A la una…A las …A las tres", en LA CERBATANA, Facsímil, Renacimiento, Sevilla, 2011, p. 1

7 .- Ory Carlos Edmundo de, Poesía, 1945-1969, Edhasa, Barcelona, 1970 (Edición de Félix Grande), p. 290

8 .- Chicharro, Eduardo, Música celestial, (Edición José Mario Armero), Seminarios y Ediciones, Madrid, 1974, pp. 311

9 .- El grupo Dau al set, nacido en Barcelona en 1948 y formado por Joan Brossa, Arnau Puig, Joan Ponç, Antoni Tàpies, Joan Joseph Tartas y Modest Cuixart, que todavía vive en Palagrugell (Gerona). Dau al set fue un verdadero intento subversivo contra el academicismo imperante y propugnó la libertad total.

10 .-Nieva Francisco, Teatro furioso, edición de Moisés Pérez Coterillo, Akal/Ayuso, 1975, p. 10

11 .- ABC, 22/VII/1984.

12 .- Carnero Guillermo, " Poesía de posguerra en lengua castellana", en Poesía, nº 2, agosto-septiembre, Madrid, 1978, p. 84.

13 .- Polo de Bernabé,"La vanguardia de los años 40-50: El Postismo", en Cuadernos Hispanoamericanos, nº 374, agosto, Madrid, 1981

14 .- Ory Carlos Edmundo de ,"Historia del Postismo", en Poesía 1945-1969, Edhasa, Madrid, 1970

lunes, 3 de marzo de 2014

LA REVISTA ESPADAÑA (1944-1951).- LEÓN



                                      (A Dionisio Robla, amigo. IN MEMORIAM)         
                                                                         

                                                  




                                                         El Espadañismo



Eugenio de Nora conoce a Victoriano Crémer a principios de los años cuarenta en la Biblioteca Azcárate, cuyo director era el sacerdote don Ángel González de Lama. Victoriano Crémer ya era una persona relativamente conocida, más por sus actividades políticas durante la guerra que por su pluma. El magisterio de don Antonio G. de Lama adquiere notoriedad y pronto de 6 a 8 de la tarde, comienzan a acudir jóvenes y adultos para consultarle temas relacionados con la cultura. De algunos de aquellos visitantes de la biblioteca Azcárate, terminada la guerra, surge la tertulia Azcárate, génesis de la revista Espadaña. Crémer lo refiere así:

En torno del bibliotecario de “Azcárate” se reunieron gentes muy diversas, atraídos por la dotación singular del cura, como por su generosa donación de saberes…Todos los días jueves, que diría Vallejo, se formaba la pequeña Academia, así que se cerraba el tiempo de lectura en la Biblioteca y se leían versos, se comentaban libros, se formaban opiniones. Los más asiduos eran: Eugenio de Nora (…), Pilar Vázquez Cuesta, Josefina Rodríguez, casada con el escritor Ignacio Aldecoa, José Castro Ovejero, Victoriano Crémer…como complemento, que no suplemento, acabaron por incorporarse al “clan”, Luis López Santos…Manuel Rabanal y Eloy Terrón1


La habitación donde se celebraban las tertulias fue llamada por ellos: ‘el infierno’ de la biblioteca, pues allí estaban ‘condenados’ los libros prohibidos o considerados peligrosos por el régimen. Naturalmente estas tertulias iban a desembocar en una revista, sin embargo unos acontecimientos previos van a suponer el antecedente directo de Espadaña, me refiero a las colaboraciones literarias del grupo en la revista Cisneros nº 6, del Colegio Mayor del mismo nombre de Madrid.

En efecto, en el otoño de 1942, Eugenio de Nora se traslada a Madrid para estudiar Filosofía y Letras, carrera que había sido recomendada por don Antonio, tanto a él como a sus padres. Y en Madrid se instala en el Colegio mayor “Cisneros”, “La Residencia de Estudiantes”2, que había sido cerrada en 1936 y reabierta como Colegio Mayor; allí Nora entabla amistad con los compañeros que tienen inquietudes literarias y en 1943 comienza a publicarse una revista Cisneros, dirigida por Sánchez Bella, siendo encargado de la sección literaria:”Artes y Letras”, Eugenio De Nora. Con él se encontraban otros jóvenes, que serían poetas de renombre, como José Mª Valverde o Blas de Otero.

El primer número de la revista Cisneros salió en enero de 1943 y en ella había poesía, narrativa, crítica literaria y noticias y ya desde el número 4 (julio de 1943) dice Nora: “Polemicé incluso agresivamente con Garcilaso3, publicación de la “Juventud Creadora”, que se reunía en el Café de Gijón de Madrid, dicha revista había visto la luz el 13 de mayo de 1943.

Esto dice Nora en el citado nº 4 de Cisneros p. 85:

”Rotulada con el nombre de nuestro poeta-soldado, y sostenida por un grupo de juventud creadora, acaba de aparecer el primer número de esta revista (Garcilaso) de verso y prosa (…).No se perciben cualidades exigibles a cualquier grupo de jóvenes: afán de renovación y de superación, apasionamiento, desdén hacia cualquier forma de virtuosismo crítico. Al contrario, justamente en eso-en virtuosismo- se quedan casi todos los sonetos que publica Garcilaso (…) llamaríamos a toda esa poesía engolada, sin sangre, presumida, de mal gusto (…). Recuerda a esos muchachos demasiado bien afeitados, con el cuello demasiado duro y demasiado “fijador en la cabeza”.

De estas palabras se desprende que ya desde el primer número de Garcilaso, Nora presiente una oposición radical entre la ideas poéticas de “Juventud Creadora” y el pensamiento “pre-espadañista” leonés.

La respuesta de Garcilaso a la crítica de Eugenio de Nora desde Cisneros, no se hizo esperar y en su segundo número publican un editorial que alude a los ataques del poeta leonés; y lo que en un principio iba a ser una pugna de grupos y revistas pasó a convertirse en un asunto personal entre García Nieto y Eugenio de Nora y ante tal contestación “garcilasista”, Nora pidió ayuda a sus amigos y contertulios de la Biblioteca “Azcárate”: Victoriano Crémer, Don Antonio González de lama y Rafael Benítez Claros, que acuden con sus colaboraciones para ayudarle. En el nº 6 de Cisneros escribe Nora una nota refiriéndose a la polémica con Garcilaso y explica el motivo de la incorporación de estos tres nombres en la polémica. La nota lleva por título: “Un suelto sin firma” (pag. 120):


El nº 4 de Garcilaso publica un suelto en el cual, con la mayor decisión, se asegura que desde Cisneros me he metido violentamente con el director de aquella revista, Sr. García Nieto, y a renglón seguido, parece que como revancha, me llama “descamisado” y otras cosas (…) .Mi nota se refería exclusivamente al tono general de unos versos que consideré-y sigo considerando-vacíos e insuficientes para hombres auténticos de cualquier época, y sobre todo para hombres capaces de vivir la nuestra. Di una opinión sobre los poemas aparecidos en una revista, no sobre sus colaboradores, y mucho menos, naturalmente como personas (…), y concluye: Aunque no guardo el menor rencor a los bromistas de Garcilaso, prefiero no ser yo quien hable hoy de su revista. Cedo, pues, la palabra a un querido maestro para que con su amplia mirada comprensiva nos instruya una vez más, abordando (oh, manes de mi fuerte Virgilio, que por ambicioso y genial no serías hoy sonetista barroco) asuntos más elevados”. E. de N.


Y a continuación toma la palabra Antonio G. De Lamas (sic) con el famoso artículo: “Si Garcilaso volviera…”

Don Antonio en el último párrafo de su artículo parodia los versos de una canción de Rafael Alberti, en clara referencia a la revista Garcilaso, de “Marinero en tierra” (Premio Nacional de Literatura en 1925):

Si Garcilaso volviera / yo sería su escudero; / que buen caballero era”.4 (…)

Y comienza el artículo don Antonio:

“Tengo ante mí cuatro números de una nueva revista de poesía nombrada Garcilaso y apellidada “Juventud Creadora”. No es mal signo Garcilaso para presidir el zodiaco de la poesía juvenil (…). Y buen apellido es también el de “Juventud Creadora”, pues toda poesía es creación y más si esa poesía es o quiere ser juvenil”.

Sigue don Antonio haciendo un recorrido por los 40 primeros años del siglo XX y manifestando que a diferencia de otros géneros literarios la poesía ha alcanzado cotas muy altas, solo equiparable al Siglo de oro. Dice: “Han sido 45 años de producción ubérrima, sin un momento de quietud, en continuo cambio, en constante afán de superación” (pag. 122).

Habla del colapso de 1936 por la guerra y de las dos líneas poéticas anteriores a 1936: la romántica que era la salida natural del superrealismo y la clasicista, de entronque tradicional (Garcilaso, Góngora), caracterizada por el pudor y la asepsia, cuidado exquisito de la forma y retorno a la estrofa. Y ya se ocupa de la revista Garcilaso y sigue:

¿Y qué es lo que estos jóvenes prefieren? A primera vista se ve que casi todos se inclinan a la métrica tradicional; miden los versos y los encajan en estrofas regulares: Hay octosílabos… Hay romances, liras, décimas y sonetos, muchos sonetos, demasiados sonetos” (Ibidem). Es, pues, una revista en la que domina el tono moderado, comedido, de gran atención a la forma, muy elaborada. Naturalmente, esto da frialdad y monotonía a los versos.

Por eso en lugar de la evasiva y fría primavera del endecasílabo: “es apetecible hallar en la poesía moderna un poco menos de forma y un poco más de vida (…). Menos perfección estilística y más ubicación anímica. Vida, vida, vida. Que, sin vida, todo está muerto. (Axioma de Perogrullo)”(Íbidem). Y en este párrafo se encuentran las raíces de toda una poética posterior, iniciada en Espadaña y continuada por los poetas verdaderos.


Podemos ver tres cualidades que definen la auténtica poesía según González de Lama: Vibración humana frente a artificio, lenguaje directo (“gritos”) frente al retoricismo y transmisión de contenidos vitales frente a una arquitectura muda.

Y concluye el artículo don Antonio:

“Puede volver Garcilaso. Pero hoy por hoy no tiene nada que hacer. En el siglo XVI era necesario dar a la poesía tono y norma, pulcritud, lima. Hoy esto es lo que sobra. Y lo que falta es la espuela que aligere corceles poéticos que irrumpan piafantes y briosos en el campo excesivamente florido de nuestra poesía. Si Garcilaso volviera, yo no sería su escudero, aunque buen caballero era”.5


Pero, ¿cómo valoramos este artículo a la altura de 1943? ¿Es un manifiesto para la futura “Espadaña”?

Para Víctor García de la Concha, este artículo “Puede ser considerado como el primer manifiesto espadañista, aunque esto no estuviera por entonces en la mente del autor”6. Fanny Rubio estudiosa del tema califica de “articulo clave… que se puede considerar el primer manifiesto espadañista”7. No cabe duda que el artículo que comentamos fraguó las bases de la futura revista (Espadaña) y lo que ésta propuso a los poetas españoles. No obstante, el cambio poético ya se venía produciendo en España de forma general, pero no se había encontrado el camino. El anti-garcilasismo no fue exclusivo de los preespadañistas y luego de Espadaña; otras revistas como Corcel de Valencia o Entregas de Poesía de Barcelona se habían opuesto a la lírica de cartón piedra de Garcilaso, aunque no con tanto acierto.

Unos meses después, en mayo de 1944, saldría la revista Espadaña y llevaría a la práctica las ideas poéticas contenidas en el “manifiesto” de don Antonio. El garcilasismo comienza a declinar, entre otras cosas por la pujanza de Espadaña y por la publicación de “Hijos de la ira” de Dámaso Alonso y Sombra del paraíso de Vicente Aleixandre en 1944. Estos poetas sientan las bases de la nueva lírica con un contenido y una expresión más humana y más desgarrada, alejada de la retórica y del formalismo garcilasista.

Además del artículo: “Si Garcilaso volviera…” de González de Lama, Eugenio de Nora en la sección >>Saetas a la poesía se<< ocupa de la poesía de Crémer y se expresa en estos términos:

¡Qué dureza, qué agresividad, qué violencia tan brutal y qué desgarramiento doloroso del hombre ante un mundo indiferente o enemigo! ¡Qué magníficos cantos de hombre de estepa, de poeta de campos de tierra sola! ¡Qué barroquismo atormentado y aristado de la cepa más castiza!8


Victoriano Crémer escribe, también, en la misma sección que Nora una reseña sobre la revista valenciana Córcel y aprovecha para exponer sus ideas poéticas y hace alusiones claras a Garcilaso y ve como única solución a esa lírica fina y formalista, la autenticidad y la fe en uno mismo, dice.

Se impone urgentemente, ante todo, nutrir a los poetas en la idea esencial de la fe en su propia poesía… Acercarles a la lengua de las afiladas palabras, rojas de lumbre… la Poesía es el más alto, difícil y peligroso quehacer del hombre entero y verdadero9.


Rafael Benítez Claros también escribe un artículo titulado, >>Una poesía de esta hora<<, y su postura queda bien clara, rechaza el garcilasismo y propone una poesía humanista y menos preocupada por la forma, dice:


Una poesía consciente de cuanto nos ciñe, ha de ser, ante todo, eso: Actualidad viva, conocimiento del peligro y la ventaja de ser precisamente “ahora” voz solitaria capaz de convocar y no a lo sumo hacer irisar a una lágrima o de cumplir las exigencias de un oído afinado. Una poesía afirmativa, hondo el conocimiento, condensada y potente.10


Nora, por su parte, en la entradilla-editorial de ARTE Y LETRAS,: “Qué queremos”, se muestra conciliador y renunciaba-su grupo- a mantener viva la polémica, lo único que les importaba era la autenticidad. “Pedimos autenticidad sobre todo”.

En los primeros años cuarenta España sufría una auténtica desolación intelectual. La guerra había empujado al exilio a muchos escritores y artistas, había condenado al silencio a otros y a la inhibición a los restantes. En este panorama va a nacer la revista Espadaña, que va a traer la revolución poética y cultural a León y a proyectarse al resto de España. Pero, ¿por qué surge la idea de crear una revista de poesía? Pues el grupo que se reunía en la Biblioteca Azcárate y mantenía tertulias no veía con buenos ojos el desarrollo de la poesía española, demasiado retórica y formalista. Ya se ha visto la polémica mantenida con Garcilaso. El texto de González de Lama: “Si Garcilaso volviera…” se convierte en declaración de principios, en una especie de manifiesto poético. Entonces para dar salida a sus inquietudes poéticas, para significarse en los ambientes literarios de la época, deciden publicar una revista.

Dice Nora: “Espadaña, empezando por el nombre, surgió de las innumerables reuniones, tertulias y largos paseos desde la biblioteca Azcárate hasta San Marcos”11. El nombre de Espadaña lo propuso Crémer, aunque fue sometido a votación. Luego comenta Crémer: “Nadie corrigió al investigador cuando (…) dejó constancia de que se prefirió “Espadaña”(como título) por su vinculación al paisaje leonés y su analogía de forma de espada”12. De todos es conocida la costumbre de engalanar las calles con espadañas por el “Corpus Cristi” (Morirás…/sintiendo/ la carroza olorosa de los Corpus) y por las fiestas sacramentales de cada pueblo en la estación. (Se barrían las calles, entonces de tierra, y se adornaban con espadañas enteras o partidas).

Una vez elegido el nombre de la revista, con lo primero que tenían que contar era con la autorización oficial para poder publicarla, y se decidió que la persona idónea era el joven estudiante Eugenio de Nora; ya que Crémer tenía antecedentes políticos. Así pues se cursa la solicitud a nombre de Eugenio García de Nora. El objeto de la publicación era contribuir al desarrollo de la poesía española y recoger las aportaciones de los jóvenes de la provincia. Figuran, también, en la solicitud el nombre y la profesión de los redactores: Antonio González de Lama: sacerdote, León, Eugenio García de Nora: Estudiante, Madrid, Victoriano Crémer Alonso: Escritor, León. La solicitud fue presentada en la Delegación de Prensa y Propaganda de León, concediéndose la autorización para la publicación en mayo de 1944, y ese mismo mes salió el primer número de ESPADAÑA: Revista de Poesía y Crítica.León.Mayo,1944.

Por lo tanto, ya podemos establecer que el grupo fundacional de Espadaña estaba integrado por Antonio González de Lama: editorialista y crítico, Eugenio de Nora, poeta y crítico, y enlace con las figuras poéticas de Madrid, dado que estudiaba en Madrid; José Castro Ovejero, músico, con una sección :”Filosofemas” y administrador de la revista; Victoriano Crémer, poeta y crítico, además se encargó de confeccionar materialmente la revista, dada su condición de tipógrafo. También se incluyeron a última hora y por una cuestión de respetabilidad local a Luis López Santos, sacerdote y Director del I.N.B. “Padre Isla” de León y Manuel Rabanal, catedrático de Griego en el mismo Instituto. Ambos catedráticos, adeptos al régimen, tenían buenas relaciones con los políticos provinciales y eran el mejor aval ante las autoridades y ante los futuros lectores de la revista. Más tarde se incorporaría, como colaborador, Luis López Anglada, militar y poeta. La revista, pues, saldría a la luz sin ningún tipo de apoyo oficial ni institucional.

El primer número sale en mayo de 1944 y el la portada, junto a la alegoría de una espadaña en tinta verde (dibujo de Santiago Eguiagaray), hay un poema anónimo, seguro de Victoriano Crémer, titulado de igual forma: ESPADAÑA. “Alamedas de mi sangre”, que por su significado y por la belleza expresiva y por haber citado algún verso al glosar el nombre de espadaña vamos a reproducirlo aquí:

ESPADAÑA

Alamedas de mi sangre”

Tiranía del aire y de la noche; / un seno oscuro y hondo te prodiga/su verde sangre, trepando fríamente.


Impasible espadón; segura guarda/ de esa fresca manada de cristales/ que mansamente embiste tus raíces.


Si no fueran tus filos vigilantes/ la luz se nos daría agobiadora/ y el silencio sería un buey mugiente.


Tu torso de mancebo en plenilunio/desnudamente crece y se enamora/ como un mármol o dios arrebatado.


Morirás estrenando soles nuevos/ y sintiendo pesar sobre tu cuerpo/ la carroza de los Corpus.”


Se abre el número 1 con la sección de “Críticas y Notas” en la que se informa de la próxima publicación de dos libros importantes. “Hijos de la ira” de Dámaso Alonso y “Sombra del paraíso” de Vicente Aleixandre. También se da noticia de la inminente publicación de un libro de poesía de Victoriano Crémer: “Tacto Sonoro”. Acaba de nacer Espadaña (1944-1951) publicando 48 números. Un largo camino para una revista de poesía, que encontrará dificultades, pero también será uno de los pilares fundamentales de la poesía de posguerra.

Victoriano Crémer en el nº 1 de Espadaña hace una previsión de cual va a ser la función de la revista en estos términos:

Va a ser necesario gritar nuestro verso actual contra las cuatro paredes o contra los catorce barrotes soneteriles con que jóvenes tan viejos como el mundo pretenden cercarle, estrangularle” (“España limita al Este”) y aunque hace referencia a Garcilaso (los catorce versos soneteriles) y a su preocupación por la forma, que es contrario a “nuestro verso, desnudo y luminoso, sin consignas y sin necesidad de colocarnos bajo la advocación de ningún santón literario: aunque se llame Góngora o Garcilaso”13.


Víctor García de la Concha opina que Espadaña surge como medio de darse a conocer Crémer y Nora, dos poetas que alumbraban con luz propia. Crémer no acepta esta idea y dice que Espadaña no surgió ni como oposición a Garcilaso, ni mucho menos como medio de darse a conocer ellos dos como poetas. Espadaña nació, como se ha dicho, de la evolución lógica del panorama poético español, ya iniciado por la Generación del 27.

Nora, por su parte, ha escrito sobre las relaciones de las dos revistas, Garcilaso y Espadaña:

No se trató de un enfrentamiento de revistas, ni de grupos poéticos agrupados en torno a ellas. El debate al nivel de las ideas, era el de la inacabable controversia entre poesía elusiva, halagadora, formalista, elaborada por poetas-artífices, y poesía de contenidos, comprometida, expresionista, patética: concorde (pensábamos todos) al tiempo que vivíamos.14


El profesor Francisco Martínez García referente al nacimiento de Espadaña dice: Espadaña se gestó como tertulia, nació y floreció como revista y dio sus frutos como tendencia”15. Espadaña, pues, fue una tendencia poética abierta a todos, que encontró su justificación histórica en el momento que le tocó vivir y en la necesidad de rehumanizar la poesía de los años 40, en una situación social de posguerra, con la que los poetas de contenido estaban comprometidos. Estos poetas generan una poesía de queja y de dolor no afectados por las lágrimas, sino aguijados por el grito y la lucha incansable contra una realidad palmariamente injusta.

Y Victoriano Crémer, además de hacedor de Espadaña, muestra en sus libros de poesía (Tacto Sonoro, Caminos de mi Sangre) una actitud rebelde frente a la angustia vital del hombre y su resignación. La poesía de Crémer nace de la adaptación del verso a la forma coloquial y se desarrolla con el mundo en que se produce, su poesía nos hace sentir si sincera emoción humana. Cada poema de Crémer es el hombre en presencia poética.

Unos conocidos versos de Antonio Machado, presente en los postulados poéticos del grupo de Espadaña, revelan que la poesía es una gran lección de sinceridad o no es nada:

Tal vez la mano, en sueño, / del sembrador de estrellas, / hizo sonar la música olvidada/ como una nota de la lira inmensa, / y la ola humilde nuestros labios vino/ de unas pocas palabras verdaderas16.



Estas pocas palabras verdaderas machadianas, hacen que el poema tenga un acento de sincera humanidad y esta ha sido la pretensión del grupo de Espadaña

Ofrecemos ahora una breve muestra de la poesía espadañista:

POÉTICA

A V. Crémer

Existen muchas leyes como estatuas

En tierra derribadas, abolidas,

Y otra vez luego en pie, fantasmas fríos,

Trabas, mordazas, bridas.



Sobre tantos modelos, normas quieren,

Extensos cementerios habitando,

En lo libre, la luz, no lo olvidemos,

Espera, está esperando.



¡No lo olvidamos, nunca olvidaremos!

Así, pues, vivos, fieles a un destino,

El verso apasionado descorchamos

Libérrimo y sin tino.



Entre álamos mecidos y aire verde,

Escapándose fúlgido al combate,

El verso raya fiel en el misterio,

Fiel siempre al hombre, al corazón que late.

Eugenio de Nora

(Espadaña nº 7)



*** *** ***



ELEGÍA DEL REGRESO



Después de tanto andar y tantos vientos

Recogidos al paso,

Vuelvo a la casa, a la familia, al hombre

De mi costumbre.

(…)

Te hablo

Como el amigo que se encuentra camino del hogar

Y, andando,

Se van diciendo las cosas que nos saben

A costumbre: el pan, el tiempo, los trabajos

Del vivir

¡España! España! ¡España abierta!

Piso

Tus calles, luego existo…

Y canto.


Victoriano Crémer



*** *** ***

POESÍA

Medito a veces en la triste

Materia de mi canto

(…)

Pienso:

Cómo desamo yo, cómo desprecio

A esos cobardes envenenadores,

Vendedores de sueños, los que ponen

Tul sobre lepra, ilusión sobre engaño, iris

Donde no hay más que muerte.

Esclavos; menos aún: bufones de esclavos.

(…)

Lo que precisamos

Es una luz, es un desnudo brazo

Que señale las cosas: pues belleza es eso:

Gesto, mirada, abrazo

De amor, a la verdad profunda de las cosas.

(…)

Eugenio de Nora

(Espadaña nº 28)



Madrid, 19 de febrero de 2014




 

 
1 .- Peña Labra nº 14, Santander, 1974-1975

2 .- La Residencia de Estudiantes (1910-1936), de la calle Pinar, 21, dirigida por Alberto Jiménez Fraud y con residentes ilustres como Lorca, Dalí y Buñuel, pero también Severo Ochoa, Grande Covián, el doctor Negrín o Juan Ramón Jiménez y José Moreno Villa.

3 .- Nora, Eugenio de , >>Espadaña y los espadañistas<<, en Literatura contemporánea en Castilla y León, Junta de Castilla y León, Valladolid, 1986, p. 56

4 .- Alberti, Rafael, Marinero en tierra. La amante. El alba del alhelí, Clásicos Castalia, Madrid, 1977, p. 134

5 .- González de Lama, Antonio, >>Si Garcilaso volviera…<<, en la revista Cisneros nº 6, Madrid, 1943, p. 124

6 .- García de la Concha, Víctor, La poesía española de posguerra. Teoría e historia de sus movimientos, Prensa Española, Madrid, 1973, p.309

7 .- Rubio, Fanny, Las revistas poéticas de posguerra (1939-1975), Turner, Madrid, 1976, p. 260

8 .- Nora, Eugenio de , >>Saetas a la poesía<<, en Cisneros nº 6, p. 115

9 .- Ibídem, p. 117

10 .- Ibídem, p. 119

11 .- Artículo citado: >>Espadaña y los espadañistas<<, p.58

12 .- Crémer Victoriano, >>Espadaña a la vista<<, en el Facsímil de Espadaña, León, 1978, p. XXVIII

13 .- Crémer. Victoriano, >>España limita al Este<<, en Espadaña nº 1, 1944

14 .- Nora, Eugenio de, >>Espadaña, 30 años después<<, en Espadaña, revista de poesía y crítica, Edición Facsímil, León, 1978, p.X.

15 .- Martínez García, Francisco, Historia de la literatura leonesa, editorial Everest, León, 1982, p. 653

16.- Machado Antonio, Poesías completas (Edición de Manuel Alvar), Espasa-Calpe, Madrid, 2004. De Soledades (1899-1907), Galería LXXXVIII, p. 145